MIS RELATOS: HISTORIAS

This is my first bilingual post. This post is about a short story I wrote which I wrote first in english something unusual and I decided to publish both: the english version and the spanish version. Don’t expect the two versions to be alike well they are slightly different because when I rewrote the story in spanish I made some changes. Another important thing I am not a native English speaker I make a lot of grammar and spelling mistakes I am aware of that but I would love to know if there’s something wrong in order to fix it. If anyone is curious I have the FCE so my level is an upper-intermediate and I am planning to take the CAE but there’s still a lot of time.

The title is Stories in english, Historias in spanish.

Básicamente lo que he dicho anteriormente es que vais a encontrar el pequeño relato tanto en español como en inglés. La inspiración de este relato es una entrevista de Jose Luis Borges. Buscad su nombre en Google junto con «soy todas las ciudades que he visitado» o «todas las mujeres que he amado» o ambas y lo encontraréis.

The English version:

I never stop thinking, I am always thinking about everything. People tend to see me like a dreamer or tend to say I overthink a lot which it’s true. That’s why I do not usually talk about what is going on my mind. If you talk with people about the first thing which comes from your mind which is not something typical they will say “you are crazy” or they will make you feel uncomfortable with their looks yeah these kind of looks which say you better stay quiet and shut up. This is why people don’t understand me, something which made me very anxious in the past which still makes me anxious sometimes but it doesn’t matter anymore I also don’t understand them or maybe I have to say I don’t want to understand them and I have stopped trying.

This is why I am not going to tell them what it has recently happened to me, well I will probably tell Nina but she’s not going to believe me. Dammit… she’s so rational and what happened to me is illogical.

I was alone in my room drawing girls. I always draw girls because I love the female anatomy in an artistic point of view I swear I’m not a lesbian is just that I love to draw girls. People don’t understand that anyway being a lesbian is not something to be ofended about. So when I was drawing and thinking, I thought it would be interesting to know my belongings. I was very excited and I tried it. I touched a pencil thinking about that pencil. Then I realized this pencil came from me because when I touched the pencil a part from the pencil went back to me and then… wait a little bit, now when I am thinking about it I realize it was not part of me it was part of other people. Whenever I touch an object and I think about what is that object, the object talks to me. It tells me where it has been, some of the thoughts people had when they had these object on their hands (which are not all beautiful to hear but I do not know the person so I am not doing anything morally wrong. I don’t care about what’s morally correct anymore. Fuck the moral.) and now I realize this object is nothing but people experiences and places where it has been.

This makes me think something deeper. Am I something with no relation? I mean I am something apart from the places where I have been, the people I have talked with, all the girls I have drawn, all the music I have listened, all the food I have eaten, all the letter I wrote but I didn’t send, all the things I wanted to say but I couldn’t…

I stop. This feeling is coming again and I know it very well: nostalgia. It always comes back.

There is no way Nina is going to believe me.

The Spanish version: / La versión española:

Nunca paró de pensar, siempre estoy pensando. La gente suele verme como una soñadora y suele decirme que pienso demasiado las cosas, cosa que es verdad. Es por eso que no suelo hablar sobre lo que pasa por mi mente. Si hablas sobre lo primero que te pasa por la cabeza y esto es algo inusual, la gente te dirá que “estás loca” o te mirará de tal manera que te arrepentirás de haber dicho lo que has dicho y pensarás “la próxima vez me mantendré callada”.

Es por esto que la gente no me entiende. La gente no entiende lo que pasa por mi mente ni se molesta en entenderlo. Siempre me he sentido reprimida en cierta forma por no poder expresarme libremente sin tener miedo que esto sea incorrecto que ofenda a alguien o que no sea “normal”. Odio esta palabra. Yo no soy normal. Lo sé, se esforzaron en hacérmelo entender. Me sentía tan ansiosa en el pasado, me sentía incomprendida y sola pero ahora no me importa. Yo tampoco los entiendo ni los quiero entender y he dejado de intentarlo.

Es por esto que no voy a hablar con nadie sobre lo que me pasó recientemente, quizá se lo cuento a Nina pero ella no me creerá. Maldita sea… es tan racional y lo que me pasado carece de lógica.

Estaba en mi habitación dibujando chicas. Siempre ando dibujando chicas porque me encanta la anatomía femenina des de un punto de vista artístico, juro que no soy lesbiana es solo que me encanta dibujar chicas. La gente no suele entender esto pero da igual porque ser lesbiana es algo totalmente respetable. Cuando estaba dibujando y pensando, pensé en qué seria curioso conocer los objetos de mi habitación.  Estaba muy excitada porque pensé que podría probarlo y lo intenté y funcionó. Toqué firmemente un lápiz y pensé sobre este lápiz sobre lo que podía contarme. Entonces, me di cuenta de que el lápiz venía de mi porque cuando toqué el lápiz, una parte de él volvió hacia mí… pero… ahora me doy cuenta de que el lápiz no forma parte de mi sino que forma parte de otra gente.

Independientemente del objeto que toque si pienso sobre el objeto, este objeto me habla. Me cuenta donde estuvo, algunos de los pensamientos de la gente que tenía este objeto en sus manos (no son todos pensamientos “bonitos” de oír pero no conozco la persona por lo que no estoy haciendo nada moralmente mal. Ya no me importa lo que está bien moralmente. Que se joda la moral.) y ahora me doy cuenta de que este objeto es nada sino que las experiencias de las personas y de los lugares en los que estuvo.

Esto me hace pensar en algo más profundo.  ¿Soy algo que no tenga relación?  Es decir, soy algo aparte de los lugares en los que he estado, las personas que he amado, todas las chicas que he dibujado, toda la música que he escuchado, todas las cartas que escribí pero no envié, todo lo que quise decir pero no pude decir,…

Ha vuelto, siempre vuelve. La conozco tan bien, es la nostalgia este sentimiento amargo.

Nina no me creerá.

MIS RELATOS:BROKEN

Des del principio supe que no pude amarte pero quería intentarlo.

Creía que podría hacerlo, creía que con tu amor hacia mí nos bastaba.

No pude. No pude amarte porque cuando él se fue, se llevó consigo una parte de mí. No me di cuenta al principio que no podía amarte. Me gustas pero no puedo amarte. No puedo sentir aquel amor que es como un torbellino de sentimientos. No puedo sentir ninguna emoción que me descoloqué cuando estoy contigo, cuando nos besamos no siento nada, cuando me abrazas no siento nada, con tus caricias no siento nada… parecido a aquello.

Me encantaría poder corresponderte pero no puedo. No puedo profesar un amor ciego y lleno de fuerzas porque tengo el corazón roto. No es solo cuestión de mi corazón, estoy rota.

¿Por qué te enamoraste de mí? ¿Qué viste en mí?

Me gustaría verme con tus ojos. Me gustaría poder quererme. Me gustaría poder amar de nuevo. Me gustaría poder corresponderte.

Cuando me ves con tus ojos llenos de amor me siento muy miserable ¿sabes?

Sé que no debería ser así, me debería sentir afortunada de tenerte y es que a mí me gustas pero no puedo amarte. Me siento sucia y siento como si cargase con tus sentimientos y con las expectativas.

Si pudiera cambiar los acontecimientos de mi vida tú hubieras sido mi primer beso, mi primera relación, etc. Yo te lo hubiera dado todo y nada hubiera salido mal.

Le dí todo a otra persona amé con tantas fuerzas que mucho me temo no podré amar a nadie con la misma intensidad durante un tiempo.

Dicen que el tiempo lo cura todo y no se equivocan cuando murió mi abuelo ya no veía nada y no creía que fuese capaz de vivir la vida sin él de nuevo.He podido a mi manera torpe, corrompiéndose a mí misma pero he podido. Siempre he creído que es mejor dañarse a uno mismo que a los otros pero dañándome a mí misma tan solo daño a más personas.

Te pido que me perdones tan solo eso. Te mereces vivir con alguien que te corresponde no quiero dañarte más no quiero.

Sé que no sirve de nada pero quiero que sepas que intenté amarte con todas mis fuerzas.

Lo siento.

RECUERDOS ROTOS

Aparqué el coche sin muchas dificultades.

Antes de bajar le pregunté si quería venir conmigo.

– Tienes que ir solo – me recordó. Tenía razón, era una cosa que quería hacer des de hace mucho tiempo.

Se queda en el coche y me devuelve la mirada en ningún momento. No mira nada en concreto.  Su mirada está perdida y está pensando en alguna cosa. El viento juega con los rizos negros que no le cubre la gorra. No parece importarle.

A medida que camino por la larga carretera me doy cuenta de que el pueblo ha cambiado… ha cambiado mucho.

Estoy en shock.

Casi todo está edificado y está lleno de turistas. Tiendas, bares y restaurantes con nombres ridículos… siempre me he preguntado quién elige estos nombres. La música que suena es estridente y  las letras son absurdas. Esta música es en cierta manera vacía no me logra transmitir nada.  Por haber dejado de mirar la televisión y no ir a ninguna discoteca ni festival musical los últimos años parecía que había dejado de saber qué era actual o no. No sabía el nombre de ninguna canción de las que sonaban ni me importaba. Como siempre yo estaba fuera de lugar.

La mayoría de la gente llevan tan solo el bañador y hay pocas que estén vestidos. También hay mucho ruido de fondo  demasiado ruido. Creo que eso fue lo que me molesta más, el ruido.

Recuerdo la playa en aquellas horas como un lugar calmado…

Cuando era adolescente nos reuníamos todos en la playa al anochecer, nos sentábamos en la arena la mayoría de las veces sin decirnos nada. A veces, Mia llevaba la guitara de su padre quien nos contó era un aspirante a músico pero como se le daba fatal decidió cursar la carrera de Derecho y ejercer la carrera de abogado. Luego, Travis daba golpes a la guitara suavemente con los dedos pensando en que canción tocar aquel día. Por mucho que lo pensase por alguna extraña razón la canción con la que empezaba siempre terminaba siendo la misma, Wonderwall de Oasis. Lea cerraba los ojos y movía ligeramente la cabeza cantando la canción y Frank se desperazaba.

No había nada de ruido. La manera en que tocaba Travis y la voz de Lea se integraban perfectamente al sonido de las olas del mar. Creo que no sería cursi decir que estaban en perfecta armonía.

Íbamos a patinar, a dar una vuelta, cogíamos el tren para ir a la ciudad, también nadábamos en la playa pero en los anocheceres la playa era nuestro lugar de reunión donde desconectábamos del mundo y pasábamos un rato agradable.

Y me molesta el hecho de que la playa este repleta de desconocidos.

Supongo que no asimilo el hecho de que el pueblo donde pase mi infancia y mi adolescencia haya pasado a ser un pueblo turístico sin personalidad.

La verdad es irónico que yo diga eso teniendo en cuenta lo mucho que llegué a odiar este pueblo. Lo odiaba por estar lleno de gente mayor y que prácticamente los únicos adolescentes si más no de mi generación fuéramos nosotros. No  me gustaba el sentimiento de estar aislado del mundo era como si estuviese protegido por una capa invisible que evitase que aquel pueblo se modernizara. No había ningún lugar pensada para jóvenes, ni había mucho que hacer. Aquel pueblo no estaba hecho para jóvenes . Supongo que es aquella la razón por la que nos llevábamos bien, no era una amistad forzada, pero sabíamos que si éramos amigos la vida en aquel maldito pueblo sería más llevadera. Quién sabe quizá si hubiéramos vivido en la ciudad o en otro pueblo hubiéramos sido amigos.

Siempre me ha gustado jugar el juego del «y si …» y todas las posibilidades que conlleva aunque el precio que haya que pagar siempre sea el mismo: la nostalgia. A pesar de todo, podíamos ir ocasionalmente una o dos veces a la semana a la ciudad con tren. Cuando lo cogíamos para ir al instituto nos quedábamos a la ciudad hasta al anochecer .Todos íbamos a institutos diferentes excepto yo y Travis que íbamos en un instituto público, Frank iba a un instituto concertado, Mia iba un instituto privado y Lea iba a un instituto católico privado.

En fin, recuerdos, recuerdos rotos.

Siento nostalgia, mucha nostalgia pero da igual ahora.

“Hay cosas que no hay que intentar cambiar, hay cosas que no hace falta remover, si sigues hurgando en la herida no cicatrizará nunca” me dice una pequeña voz.

Intento silenciar mis pensamientos sin éxito.

Pero tengo que ir, me digo a mí mismo.

Sigo avanzando.

He llegado a la playa aún me falta un largo camino para llegar al centro del pueblo pero me apetece un descanso.

Me quitó las deportivas y me siento en la arena. Soy el único que lleva pantalones largos… me siento fuera de lugar y contrasto con toda la gente pero todas mis preocupaciones banales desaparecen cuando observo el mar. Siempre me ha gustado observar el mar, me transmite calma y me hace reflexionar.

Les quiero preguntar porque justo en finalizar el instituto nos separamos y no volvimos a hablarnos.

Quizá querían ampliar horizontes, quizá querían romper con su infancia y adolescencia y empezar una nueva vida en la ciudad.

¿Por qué había accedido yo a aquella separación?

No lo sé ni lo sabía en aquel entonces. Siempre he sido el tipo de personas que aceptan todo tipo de circunstancias pensando que debe haber alguna razón que escapa cualquier lógica pero que con el tiempo lo entenderán… La vida no funciona de esta manera.

Habían pasado diez años y seguía sin entenderlo. Quería una buena explicación. Me debían una explicación.

Lo de la separación  lo propuso Travis y Lea que decían que aquella amistad se había desgastado demasiado, que si queríamos vivir una nueva vida en la universidad teníamos que romper con aquella amistad lo más pronto posible.

Pero yo no lo entendí en aquel entonces y seguía sin entenderlo. ¿Por qué había que romper con el pasado para empezar con algo nuevo?

Solo los quería ver de nuevo.

Hablar con ellos, sentarnos en la playa y oír a Lea cantando Wonderwall mientras Travis tocaba la guitara.

¿Cómo era la canción?

Pienso unos minutos.

Solo me acuerdo del estribillo por mucho que la escuche no se me ha quedado por completo. Siempre me ha costado acordarme de canciones. El estribillo de la canción decía:

I said maybe

You’re gonna be the one that saves me

And after all

You’re my wonderwall

Pero…

En aquel momento me di cuenta.

¿Qué hacía yo allí?

Hacía siete años que no sabía nada de ellos. Al empezar la universidad toda mi familia (mis padres, yo y Edgar el gato) nos trasladamos a la ciudad. Luego en finalizar mis estudios empecé a trabajar en una oficina, le conocí y nos fuimos a vivir en la capital ya que se valoraba más mi trabajo.

Cuando me dijeron que querían romper con aquella amistad accedí. Obviamente que acceda a algo no significa que me guste pero no he sido nunca del tipo de personas que rebelan y dicen lo que piensan simplemente me lo quedo para mí. Es más fácil que decidan por ti y seguir la corriente ¿no? No tenía otra opción todos pensaban que era una buena idea. La verdad, me enfadé bastante ya que los veía en la ciudad y ni se molestaban a saludar pero al cabo de un tiempo dejé de saludarles.

Una vez  encontré a Mia en una librería y me coloqué justo a su lado cuando ella hojeaba algún libro yo cogía cualquier libro que se encontrara delante suyo para que levantara la mirada y se fijara en mí, levantó la mirada varias veces y no dijo nada. Me enfadé mucho pensé que aquello ya era pasarse aunque aceptara aquella estúpida separación pero… aquello no tenía que significar borrón y cuenta nueva ¿no?

Habíamos pasado más de 14 años juntos. “Mia” dije mi voz sonó más grave y estridente de lo que me hubiera gustado. Ella se puso bien las gafas y se quedó unos minutos mirándome con sus grandes ojos marrones de color miel pero no dijo nada. La situación era increíblemente incómoda no podía parar de tragar saliva y notaba como empezaba gotear sudor por las sienes. Entonces pregunté: ¿No te acuerdas de mi Mia soy Michael? Mi voz sonó nerviosa y demasiado aguda.

Ella pensó unos segundos y se puso sus manos en su boca. Me pidió perdón me dijo que no me reconoció debido al hecho de que había crecido (pegué un estirón de diez centímetros), había adelgazado (en realidad no supongo que era por el hecho de ser más alto ) y haberme teñido el pelo (de rubio a castaño oscuro). “¡Qué diferente estás!” volvió a pedirme perdón por exaltarse demasiado y le propuse tomar algo en una cafetería pero ella rechazó porque tenía una entrevista de trabajo. La acompañe a las oficina donde tenía la entrevista y conversamos.

La conversación fue rápida intercambiábamos cúmulos de información. Ella había terminado sus estudios de Diseño Gráfico y esperaba conseguir aquel trabajo, estaba prometida y su abuela había muerto. Le di mi pésame y cuando le pregunté por los otros la conversación se volvió lenta y fría “no sé nada” y al querer preguntarle más esquivó las preguntas con educación. Quise pedirle su teléfono móvil o correo cualquier cosa para continuar en contacto pero la llamaron para la entrevista y antes de irse me dijo “Cada uno tiene que continuar con su vida ¿recuerdas? El tiempo pasa para todos. Me alegro de haberte visto”.

Me despedí de ella. El último recuerdo que tengo de ella es su delgada silueta de espaldas llevaba un vestido verde oscuro de tirantes que le llegaba a las rodillas y su pelo largo, negro, liso recogido en un moño.

Caminé por la larga cuesta y sonreí por mis adentros. Podían pasar tantos años como uno quisiera pero Mia seguía siendo tan perspicaz y perceptiva como siempre.

Al cabo de dos años de aquel encuentro encontrarme con ellos era algo que no veía tan lejano y como al volver del viaje  teníamos que pasar por aquellos lares pensé en pasar por el pueblo y reunirme con ellos.

Pero…

¿Qué me aseguraba que continúan allí en aquel pueblo esperándome? ¿Qué me aseguraba que no habían cambiado como aquel pueblo?

Ellos no eran como aquel mar que por mucho cambiase su alrededor seguía siendo el mismo. Ellos eran personas y las personas cambian por mucho que haya gente que lo negué.  Uno no es el mismo que el de hace diez años,  nuestros gustos, la manera en qué vemos nuestra vida incluso pequeñas cosas como cuantas cucharas de azúcar pones en el café cambian al largo de los años.

Yo también había cambiado….. quizás era el que había cambiado más de todos. No lo sabía ni lo quería saber ya que en recordar como Mia esquivaba mis preguntes pensé que quizá ellos no me recordaban y no quería comprobarlo. No quería formar de sus recuerdos rotos no quería saber si formaba parte de sus recuerdos rotos.

Puede que al final se tratase de una amistad forzada. Y como si de un ovillo de hilo se tratara necesitaba ser desligada porque de las cosas forzadas si se intentan forzar más sólo se en sacan disgustos o se rompen. No pude evitar sonreír de manera incómoda.

 Además, ya no era un adolescente. Tímidas canas empezaban a surgir entre mi cabello.

El tiempo pasa para todos.

“Eres un cobarde” pensé pero me daba igual. Hay cosas que no cambian y esa característica mía era una de esas cosas y no hay que ser fuerte para vivir. Sólo hay que tener alguna razón para seguir adelante.

A veces, uno se imagina las cosas de una manera pero cuando está a punto de lograrlo se rinde se echa para atrás. Quizá no sea cuestión de ser un cobarde o no al fin y al cabo la vida no es blanca ni negra sino que está llena de matices de grises, a veces, echarse para atrás es una decisión savia.

Me levanté y sacudí la arena que tenía en mi camiseta.

Me disponía a avanzar por la larga cuesta que hacía la carretera cuando vi una silueta familiar.

¿Lo suponías? – le pregunté con una media sonrisa en mi cara. No podía decir si era una media sonrisa o una mueca o una media sonrisa y media mueca si aquello podía existir.

Me lo suponía…– dijo y su voz sonó serena y extrañamente reconfortante. Una sonrisa amplia se dibujo en sus labios y me preguntó- ¿Vamos?

No importa dónde. si estoy contigo. No me importa perderme si estás conmigo. Pensé.

Asiento con la cabeza.

Caminamos por aquella larga cuesta que hace la carretera juntos.

And after all

He is my wonderwall

MIS RELATOS: PALABRAS DESTEÑIDAS

Estoy enferma como no sabia que hacer exactamente empecé a escribir.

Sufrí insomnio cuando tenía 15-16 años durante cuatro mesos pero mi insomnio era debido a una causa por lo tanto no creo que un insomnio como el que he descrito en este relato pueda ser posible.

Cualquier comentario es bienvenido.

Hacía más de un mes que no podía dormir bien. Exactamente 63 días. Se levantaba entre las 2 y 4 horas de la madrugada y entonces no podía conciliar el sueño. Solo dormía una hora o dos horas más. En total 4 horas.

En aquellas horas muertas en las que no podía dormirse ella al principio se encontraba muy nerviosa e impotente no podía entenderlo ¿Por qué?

Cuando se lo contó a su amiga esa le recomendó visitar el médico este no quería recomendarle pastillas para dormirse ya que creía que era una mesura demasiado drástica y le recomendó pastillas  o sino una infusión de valeriana. Su amiga por suerte le avisó que optase por las pastillas ya que la infusión apestaba. Como ella tenía el sentido del olfato muy sensible no se lo pensó dos veces para comprar las pastillas aunque la diferencia de precio era notable.

Se las tomaba alrededor de las ocho del atardecer ya no tenía que preocuparse pensaba, aquello era el fin de su problema.

Pero…

No funcionó.  Dejó el café y el tabaco aunque le costó horrores y su humor mejoró.  Siguió los ejercicios de relajación que le recomendaron, tomo miles de suplementos de hormonas, visitó a un terapeuta, intento descifrar cuál era la causa del problema ¡incluso visitó a su vecina una dulce mujer mayor quién conocía miles de remedios naturales y preparaba unas madalenas deliciosas!

Pero…

Aquello tampoco funcionó.

Cada vez se sentía más impotente. Creía firmemente que cualquier cosa tenía una explicación lógica pero aquello carecía de lógica, es más, incluso dudaba del hecho que tuviese alguna explicación…

Decidió mentir a su amiga, sus compañeras de trabajo que se habían enterado de su problema al ver las pastillas que llevaba al bolso, al terapeuta a todo el mundo. No quería que se preocuparan por ello. Les dijo que ya podía conseguir dormir 6 horas incluso 7 seguidas pero todo era una mentira. Una mentira reconfortarte que no hacía daño a nadie. Quizá a nadie que no fuera ella misma.

Se maquillaba con tal de esconder las ojeras y vestía ropa holgada porque no se notase la pérdida de peso que había experimentado.

Después de la semana más larga y extraña de su vida decidió que no valía la pena buscar ninguna explicación a aquel problema. Ella se rendía.

Pero un día en el que no sabía cómo matar aquellas horas.

Qué curiosa expresión matar el tiempo aunque al final él nos acabe matando él a nosotros.  Decidió abrir la ventana y contemplar la noche.

La noche aquella que había confiscado sus horas de sueño.

La noche aquella que había cambiado su rutina.

No podía dejar de mirarla.

Podía notar como la abrazaba lentamente y no la soltaba.

Y se fundían en una sola.

Podía notar como algo dentro de si había cambiado.

Porque en la noche encontró lo que había andado buscando des de hace mucho tiempo.

El silencio.

Des de pequeña ella había sido una persona muy callada y tranquila. No le gustaba nada el ruido, no le gustaba la gente que no paraba de hablar para llenar el silencio, palabras banales sin sustancia que se desteñían a poco a poco y se perdían con muchas otras. Palabras cuya función se perdía porque no comunicaban nada.

Porque muchas veces un gesto, una mirada, una sonrisa o una mueca dicen más que todas las palabras del mundo. Porque las palabras son tan subjetivas que se pueden malinterpretar y muchas veces tan solo lo complican todo más. Cuando una mirada te lo dice todo sin decirte nada. Aquella la razón porque le gustaba el silencio, además, había miles de variedades de silencio que merecían ser sentidos. Porque las palabras solo eran útiles si eran necesarias.

Aunque a veces el ruido también podía ser hermoso.

Aquello era lo que embellecía la noche estaba todo en su medida justa. Había silencio pero también ruido como si fueran dos cosas independientes que no se pudieran mezclar o quizá estaban tan bien mezcladas que actuaban en perfecta harmonía.

Podía ver  las luces, oír los coches que deslizaban velozmente sus ruedas en la carretera, podía ignorar el tic tac del reloj porque en la noche era ella quién marcaba los pasos, podía ver las estrellas y sentir el silencio.

Porque el hecho de desobedecer a su rutina le hacía feliz.

Además la noche era atrayente.

Además sus pensamientos fluían de una manera diferente.

Pensaba en cosas diferentes.

Sentía nostalgia, melancolía pero al mismo tiempo felicidad. Una inmensa felicidad que la conmovió. ¿Cuándo tiempo hacia que no se sentía tan feliz?

No quería dejar de sentirse así aunque no sabía si felicidad era la palabra adecuada era la que más se adecuaba.

Cogió un libro de su estantería y empezó a leerlo.

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de la lectura porque apenas se podía concentrar en ella.

En terminar de leer los primeros siete capítulos decidió cerrar el libro.

Pensó en cómo no perder nunca más aquello.

La mañana siguiente pidió a su jefe si podía cambiar su turno. El jefe no puso ninguna objeción pero se sorprendió cuando ella le dijo “para siempre”. Le preguntó si estaba segura y su voz carraspeó en formular la pregunta. Ella con un gesto hacia adelante demostró que estaba segura.

Como era una de las mejores empleadas de la empresa pero siempre había rechazado al contacto con los compradores su jefe no se opuso a la idea.

Ahora trabaja de noche empieza a las 7 de la tarde y termina a las 3 de la madrugada. Trabaja junto a un chico quien también se empachó del día. Estaban ellos solos, trabajaban con mucha tranquilidad y serenidad curiosamente su trabajó mejoró ya que el encargado les informo que habían conseguido más ventas de los productos que se dedicaban a recomendar.

Decían que aunque no lograban entender el qué algo en su escritura había cambiado.

Lo que no lograban entender era que su escritura había dejado de ser tan mecánica y le habían dado un toque personal gracias a la fuerza de la noche.

Cuando la gente duerme ellos trabajan y luego continúan sus vidas. Cuando la gente empieza su rutina ellos lo finalizan.

Porque hay gente que vive el día y de otros que viven la noche.

 

MIS RELATOS: FINGIR Y FORZAR

No se me da muy bien escribir por el hecho de no saber desarrollar historias y porque llego en un punto en el que me estancó.

Pero siempre he querido saber escribir y un día mi padre me dijo que no hay que aspirar a mucho sino que a poco a poco en la vida y a la larga id escalando posiciones, es decir, teniendo cada vez objetivos más importantes.

Tomé el consejo de mi padre y en ese blog voy a colgar relatos y espero que a poco a poco vaya mejorando. Espero que me ayudéis y me digáis los errores que cometo o cómo podría mejorar.

Es mi primer relato. No esperen gran cosa lo he acabado de escribir justo ahora.

Es el primer día del instituto. Estoy muy nerviosa mis manos no pueden parar de temblar y aunque cojo una mano con la otra no puedo parar el temblor. Es mi primer día de bachillerato, aunque sea el mismo edificio hay mucha gente nueva que no conozco. No quiero estar sola.

Cuando pienso en ello tengo que apretar las muelas por tal de no llorar. Tengo miedo. Mucho miedo.

Nunca se me ha dado bien hacer amigos, la verdad, se me da fatal hacer nuevas amistades. Siempre que quiero conocer alguien acabó haciendo algo que me ridiculiza, luego me sonrojó y normalmente tropiezo con algo a veces conmigo misma y todos se ríen de mí.

Tampoco ayuda mucho el hecho de que cada cuatro años más o menos tengamos que mudarnos pero la verdad no es culpa de mis padres. Ellos no tienen la culpa de que alquilar un piso sea tan caro.

Quizá es que el problema es que siempre la gente ha venido hacia mí, es decir, si el profesor me ordena que me sienta a tal sitio hay cierta probabilidad de que haya alguien con el que me sienta a gusto y charlando con esa persona ya puedo establecer un vínculo.

El problema es que no los considero mis amigos solo los considero gente con la que no estar sola en el instituto. No quiero que mis compañeros piensen que soy una marginada, no quiero sufrir bullying, etc. No hay nada peor que estar sola, nada peor. Aunque tenga que esforzarme para que no me odien. Es verdad que ellos no me conocen pero me da igual. Todo da igual mientras pueda sentarme con alguien a la hora del patio y pueda charlar de temas que no me interesan entre clase y clase.

Solo quiero no estar sola.

Pero cada vez me cuesta más relacionarme con la gente, cada vez me cansa más interactuar con la gente y fingir. Me he cansado de fingir de tener que mirar series y escuchar música que no me gusta por saber de qué hablan.

Un día hice una amiga.

Volviendo del instituto con Mari y Sara me dijeron si quería venir con ellas a comer helado y charlar un poco. Mary tenía un nuevo novio con el cual llevaba una semana por lo cual sabía que sería lo único de lo que hablaríamos. La verdad no me apetecía nada sentir a Mary hablar sobre sus problemas insignificantes. Cuando Mary habla es como si estuviera en un escenario y la otra gente fueran el público entonces ella habla y habla y habla sin cesar no deja que intervengas y con tan solo fingir que la escuchas ya tiene más que suficiente.

Además su novio era un cretino que se comía con los ojos cualquier chica que pasase por su lado. Lo sentía por Mary de veras.

En fin, les dije que tenía deberes de la academia de inglés ellas se burlaron de mí llamándome empollona y cuatrojos y nos separamos.

Pasé por el lado de un parque y empecé a balancearme en el columpio.

Empecé a pensar sobre qué hacía con mi tiempo. Si realmente merecía la pena estar con Mary y Sara cuando no les podía confiar nada y que solo se aprovechaban de mí.

“Déjame los deberes”, “Me puedes prestar el trabajo por comparar”, “Me podrías ayudar con eso”, “Maria ayúdame tampoco tienes nada mejor que hacer”. Me ponía de los nervios sus excusas baratas y el hecho de que me dijesen que no tenía nada mejor que hacer.

Pero no podía decir que no.

Me preguntaba cómo sería tener una amiga. Una buena amiga me era más que suficiente.

Entonces, vino una chica que lucía preocupada y no paraba de buscar alguna cosa.

Era una chica muy bonita.

No sé por qué pero sentí que tenía que ayudarla.

¿Qué buscas? Le pregunté. No me sentí nerviosa mis palabras fluyan. No me lo podía creer.

“Unas llaves llevan un collar” dijo rápidamente “un perro que lleva un lazo de color rosa”.

“De acuerdo, no te preocupes yo te ayudaré” le dije y sonreí. Esa es la mejor parte que sonreí cuando me cuesta horrores sonreír, de hecho, me cuesta horrores fingir sonrisas pero en aquellos momentos pensaba que si no sonreía ella se preocuparía más.

Tenía los ojos llorosos, se pasó diversas veces las manos por los ojos, me agradeció el hecho de que quería ayudarla y se puso a buscar.

Buscamos y buscamos hasta que vi algo que sobresalía en el columpio. Sin lugar a dudas era el collar con las llaves.

Se lo enseñe y ella saltó de la alegría y me abrazó.

“Muchas gracias muchas muchas gracias” su voz sonaba aliviada y en cierta manera… alegre “en serio me has ayudado mucho te agradezco todo lo que has hecho por mí… mmh ¿cómo te llamas por cierto?”

“Maria” no pude evitar sonar un poco nerviosa. Porque quería caerle bien porque su opinión me importaba porque quería que ella fuese mi amiga porque era todo tan natural y no había planeado nada. No sabía de qué tenia hablar ni cómo reaccionar.

“Me llamo Helena. ¿Maria quieres ser mi amiga?”

No podía ser verdad.

Ella también quería ser mi amiga.

Pero ¿por qué?

Ella era muy bonita y simpática ¿Por qué quería alguien así ser amiga con alguien como yo?

Pero ignoré mis pensamientos y respondí con un “sí”. Fue el” sí” más sincero de mi vida.

Fuimos a su casa y Maria me enseño sus libros. Ella también le gustaba leer y sumergirse en la lectura sin pensar en nada más, también aborrecía la literatura juvenil y amaba a los clásicos. Aquella tarde hablamos de libros y de todo en general.

A mesura que hablaba con ella sabía que habíamos congeniado además…

¡íbamos al mismo instituto y ella era nueva!

Podía estar con ella ya no tenía que fingir y forzar nada más.

Sin duda tener una amiga era una experiencia maravillosa.

Me arregló el pelo pienso en hacerme una cola pero lo descarto me queda mejor suelto.

Ya no estoy tan nerviosa por gustar o no gustar.

Porque algo ha cambiado en mí y ya no soy la misma de hace dos años.

Helena llama a la puerta.

Porque ya tengo a alguien con quién puedo mostrarme tal como soy.

P.D: Soy mala malísima poniendo títulos peor que con la escritura.